jueves, 22 de mayo de 2008

TEO-María Crespo Apastegui_Grupo1_Análisis de monólogo

Análisis de un monologo:


Para realizar el análisis he seleccionado un monólogo de Luis Piedrahita “Los juguetes de playa”.
En primer lugar diremos que la Intelequio del discurso, es decir, la intención con que es creado el discurso, es argumentativo ya que comienza el monólogo diciendo -“Tengo la prueba irrefutable de que dios no existe”- y es entonces cuando comienza a argumentar tal afirmación y a defender con variados y divertidos argumentos porqué Dios no existe. TÚ MISMA ESTÁS DICIENDO QUE LOS ARGUMENTOS SON DIVERTIDOS LUEGO EL SENTIDO PRAGMÁTICO NO ES ARGUMENTAR SINO ENTRETENER, HACER REIR Y REFLEXIONAR.
En la Inventio, el acopio de ideas para el correcto desarrollo del discurso, recoge ideas y situaciones típicas que a todos nos ocurren con los juegos de playa; el hecho de que a todos se nos rompa el asa del cubo nada mas comprarlo, los bordes que cortan de las colchonetas hinchables, el típico balón azul oscuro de Nivea, etc.
En cuanto a la Dispositio, que trata del orden y estructura del discurso, diremos que comienza hablando de los cubos de playa, continua hablando de la pala y el rastrillo, profundiza más hablando de los juguetes hichables, y finaliza hablando sobre el juego típico de la playa, las palas, idea que relaciona con “las madres” y sus 3 frases típicas: “En su sitio”, “¿Pero has mirado bien?” y “¿Es que tengo que ir yo?”.
La Elocutio, se trata de un discurso con mucha ironía y humor. Hace mención a “brazos cortados con los bordes de las colchonetas” de forma cómica, habla con mucho humor de cuando los niños juegan con la pala y se dedican a excavar la tierra y dice que sólo les hace falta el botellín de Mahon.
De la Memoria, sólo cabe decir que lo tenía muy bien memorizado pues no se le ha visto titubear en ningún momento.
Del Actio podemos profundizar más ya que a lo largo de todo el monólogo se acompaña de gestos muy claros. Cuando habla del asa del cubo que se rompe, su mano derecha parece agarrar un cubo imaginario, al mencionar el balón de Nivea simula darle una patada al balón o cuando interpreta la escena de inflar la colchoneta, lo representa de forma muy graciosa, de manera que hace incluso más gracia la representación que hace, que el chiste en si. Acompaña todos sus argumentos con gestos muy claros e ilustrativos que te ayudan a visualizar la situación y sirven de apoyo al cómico.
Además de gestos cabe destacar el tono de voz que Luis Piedrahita emplea, tiene una voz muy peculiar que hace que aún resulte más gracioso lo que está diciendo, y en este monólogo entona el discurso con una pizca de indignación acompañada de ironía. La postura que emplea es la de alguien que cuenta una historia desde un punto de vista algo desinteresado, adopta una postura casi indiferente se mete las manos al bolsillo, está bastante quieto, aunque se mueve por el escenario y gesticula mucho en sus explicaciones. Puede que sea simplemente porque es su forma de hacer monólogos, así como otros son mucho más activos o agresivos hablando, Piedrahita emplea un tono de voz constante, no tiene altibajos ni se muestra agresivo, verbalmente hablando.
Destacaremos la forma en que da cohesión al discurso y es empleando un elemento común a lo largo de todo el monólogo, dios.
Al inicio del monólogo “Tengo la prueba irrefutable de que dios no existe” más adelante vuelve a mencionarlo “el pobre dios tiene que estar revolviéndose en su tumba”, y cuando hace referencia a las madres “ese ser todopoderoso, las madres” y finaliza el monólogo diciendo “Está claro que dios no existe, son los padres.”

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