viernes, 6 de junio de 2008

Escrito a mi primero promoción (5ºcurso)

Quiero compartir con vosotros la carta que dedico a mi primera promoción:

Mi primera promoción


Dicen que un profesor cuando empieza enseña más de lo que sabe, que cuando madura enseña lo que sabe y que cuando acaba de madurar ya no enseña ni lo que sabe. También dicen que la vida es el ensayo constante de una obra que nunca se estrenará.

Hace tres años me embarqué en la aventura de ser profesor asociado en la Universidad de Valladolid y dentro de unos meses se licenciarán los estudiantes con los que comencé mi andadura como docente. Dentro de unos meses muchos de ellos abordarán el mercado laboral con la pretensión de hacerse un hueco en el trepidante mundo de la publicidad y las relaciones públicas. Algunos tendrán suerte, otros algún amigo de un amigo. Otros empezarán poco a poco y poco a poco mejorarán su situación laboral. Habrá alguno que ya esté trabajando porque se lo ha ido currando a lo largo de la carrera. Gente con las ideas claras, con un objetivo definido. Otros seguirán perdidos. Habrá estudiantes que piensen prolongar su formación haciendo algún curso suplementario. El inglés siempre pendiente. Segundos ciclos, masters, módulos de grado superior, talleres. Los más afortunados podrán costearlos, el resto tendrá que trabajar para seguir estudiando. Incluso habrá algún suicida romanticón con vocación de profesor que opte por un doctorado.

Y tendrán jefes. Jefes que les hagan contratos basura. Jefes que se sientan en deuda con la mediocridad de los jefes que un día les hicieron el mismo desprecio. Jefes que se encarguen de recordarles que hay un montón de currículos esperando recibir una llamada que lo harían gratis. Jefes que jugarán con la baza de hacer sentir a mis estudiantes que son reemplazables elevado al cubo, infinitamente prescindibles. Y tendrán jefes. Jefes que les contraten dignamente. Jefes que opten por la opción de no repetir, de ninguna manera perpetuar, la dinámica de explotación laboral a la que ellos mismos se vieron sometidos cuando empezaron. Que no exclamen la mítica frase de “yo pasé lo mismo que tú y aquí estoy” .

Algunos acabarán siendo algún tipo de jefe. Otros serán sus propios jefes; o freelance que suena más grácil y sinuoso. Montarán empresas, asociaciones, cooperativas y sociedades, organizaciones no gubernamentales. Se ayudaran los unos a los otros. Lucharán por un mundo más justo y se repetirán a si mismos que lo que hacen tiene sentido, que están ahí por una razón; no porque hagan bien lo que hacen sino porque sencillamente aman lo que hacen.

Dándole vueltas al coco empecé a reflexionar sobre mi labor como profesor durante estos 3 años. No llegué a ningún punto en concreto hasta que me di cuenta de que más allá del contenido teórico de mis clases lo que les quedará seguro es la pasión que yo sentía cada segundo en el aula, cada vez que presenciaba en sus ojos el milagro de la mayéutica; su ansia de aprender. Les quedará espero la sensación de que conmigo hicieron algo; de que construyeron algo. Esa es otra de las premisas de mis clases. No es fácil. A veces no lo consigo. De hecho no lo consigo con todos. Ese es mi reto. Yo amo lo que hago luego es amor lo que ellos reciben. Con amor aprender es más fácil. Así lo aprendí yo.

Y aprendo; joder que si aprendo. Ellos me enseñan. Mi primera promoción me ha enseñado todo lo que sé. Empecé con ellos. Ellos me aceptaron y me perdonaron cuando tuvieron que hacerlo. Me hice respetar como pude y ellos me aceptaron.

Entonces, ¿qué nos queda? Dentro de poco partirán. Ya no estarán pululando por los pasillos inexistentes de nuestro querido campus inexistente. Cuando baje por las escaleras de Mahonías serán otros sus rostros y sus nombres. No obstante estarán dentro de mi en lo más profundo de la memoria, en el sustrato de mi identidad, en cada nueva palabra, en cada nuevo pensamiento. Tendrán sin duda, un hueco en trailer que veré de mi vida cuando me aceche la muerte, cuando al fin cerciore que seré el único espectador de esa obra que nunca se estrenará. Mientras tanto, espero seguir por siempre siendo un profesor que enseña más de lo que sabe.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Simplemente gracias Jon!!!gracias por como te has portado con nosotros, por lo q nos has enseñado, por q a pesar de la distancia entre profesor y alumno, a ti siempre te hemos tenido cerca y nos has ayudado en muxas cosas...sigue asi,no cambies!!!y estate orgulloso xq cuando nos tengamos q acordar de alguno de los profesores q tuvimos en la carrera fijo q de ti no nos olvidamos nunca!!eres de la generación mahonita y eso marca!!!Maria.